VEINTINUEVE: SÁBADO A LA MAÑANA. LA MUDA SUSPENDE O EQUIVOCA SUS TICS.

 

Antes de animarme a ir hasta la puerta tengo que pasar por la muda. ¿Voy porque me gustan sus historias nada más? ¿De dónde viene el olor de sus rodillas? Es imposible que use cremas, yo llevo varios días acá y ni siquiera la vi ir al baño, no había pensado en eso hasta ahora ¿Cuándo va? ¿Cómo hace? Sus rodillas despiden algo suave que no puede ser perfume, no hay nada de eso en este lugar, pero decir olor tampoco sería correcto, olor es algo violento, aroma sería más adecuado. Aunque aroma sugiere café, sugiere rosas en verano. Esto es completamente distinto: es su piel increíblemente suave. Parece una nena a veces, parece muy vieja otras. Tengo que ubicarla en una edad, es una mujer en el centro justo. Le doy treinta y cinco, ni más ni menos que eso.

Tiene el pelo oscuro, largo y enredado. Muy largo: mojado y peinado le debe llegar por debajo de la cintura.

Ahora está parada, levanta un pie muy despacio y lo va subiendo hasta que el muslo y la pantorrilla hacen un ángulo recto, después lo empieza a bajar. Lo hace muy lento y a veces a destiempo, es un falso tic.

En realidad parece relajada, completa, llena, algo así. Pienso que me toma el pelo haciéndose la loca. Pienso que me observa con sus ojos entre-cerrados ¿Me estás mintiendo, mudita? ¿No será que no te falta nada en realidad? ¿Por eso no decís ni una palabra?

Sigue con su tic lento, impostor: se está mostrando. La armonía de su cuerpo es muy exacta, es una mujer blanda pero bella. Su pelo la hace parecer salida de la selva, la piel tan blanca la inclina al siglo pasado. Me acerco y la tomo muy suave por los hombros. Ella retrocede sin soltarse, llevando el mismo tic de subir y bajar las piernas hacia atrás, hasta que la dejo caer, siempre muy suave, boca arriba en la cama. Parece amorosa la escena, tal vez lo sea: nunca hice nada más amoroso que escucharla.

 

SEÑORES PASAJEROS


Estamos transitando el otro lado de la luna 

como pueden ustedes no ver

aquí está oscuro

lo cual no implica que no haya diferencias 

solo que de este —el otro— lado de la luna

 para creer deben tocar

sacar la mano por la ventanilla señores pasajeros

no teman violar la prohibición escrita sobre el marco.

Pueden tomar de souvenir si lo desean

algo del queso este que no es producto de las vacas

atrapen el presente con sus manos

si es que desean

que no vuelvan vacías al lado iluminado.

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